Los rayos ultravioletas (UV) pueden tener consecuencias negativas si no se utiliza protección. Una especialista nos indica cómo prevenir el cáncer de piel.
La exposición a la radiación solar, también conocida como rayos ultravioletas (UV), puede tener efectos adversos si no se emplea un filtro protector. La dermatóloga Marcela Ricaurte advierte que la radiación UV se acumula en la piel, similar a un vaso que retiene agua; si este vaso se llena, aumenta el riesgo de cáncer de piel, especialmente a partir de los 50 o 60 años.
Para ilustrar la importancia de la protección solar, se compara su función con el uso de una chaqueta impermeable bajo la lluvia. Hay dos tipos de protectores solares: los físicos, que reflejan la radiación ultravioleta, y los químicos, que la absorben y la convierten en calor. En la actualidad, los filtros químicos son más comunes, ya que ofrecen protección contra los rayos UVA y UVB.
Dado que la exposición al sol aumenta con la edad, se recomienda reaplicar el protector cada tres horas, especialmente durante actividades al aire libre o cuando se suda. Después de tales exposiciones, el factor de protección solar (FPS) puede disminuir significativamente.
La detección temprana del cáncer de piel es crucial y puede variar según factores como el tono de piel, la ubicación y el tipo de lesión. El autoexamen es fundamental para detectar cambios en los lunares y prevenir el cáncer de piel.
Es esencial adoptar hábitos saludables frente al sol durante todo el año. Se recomienda el uso diario de protector solar y la revisión regular de lunares. Además, se enfatiza que incluso en días nublados, la protección solar sigue siendo necesaria, ya que los rayos UV pueden traspasar las nubes.