Durante septiembre de 1976, los
grupos de tareas de la policía bonaerense que comandaba en coronel Ramón Camps
y el comisario Miguel Etchecolatz secuestraron y enviaron a centros
clandestinos de detención a estudiantes secundarios que militaban en distintas
organizaciones sociales y estudiantiles. Sólo cuatro sobrevivieron a los
tormentos. La historia y qué sucedió con ellos.
Cuando llegó septiembre del 76, los
grupos de tareas ya habían sembrado el terror. Cerca del Día de los
Estudiantes, entre el 9 y el 21 de septiembre, dieron un golpe brutal.
Secuestraron a diez jóvenes estudiantes de colegios secundarios. Algunos militaban
en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Otros, en la Juventud Guevarista.
La mayor parte de los secuestros
sucedieron al caer la tarde del 16 de ese mes. A esa faena en las sombras se la
bautizó La noche de los lápices. Luego de meses de tormentos y encierro, cuatro
de ellos fueron pasados a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, como se
decía a los presos políticos que no estaban procesados por la justicia. Y
sobrevivieron. Pero a 47 años de la triste historia, seis permanecen
desaparecidos.
En el informe de la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas (CONADEP), se indica que “los adolescentes
secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos
centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de
Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires
y las Comisarías 5ª, 8ª y 9ª de La Plata y 3ª de Valentín Alsina, en Lanús, y
el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.