Diez millones de
afganos han perdido este año la ayuda alimentaria del Programa Mundial de
Alimentos de las Naciones Unidas debido a la falta de fondos.
La organización se
vio obligada a recortar la ayuda alimentaria a 2 millones de personas en
Afganistán en septiembre y desde entonces ha podido proporcionar ayuda de
emergencia a otros tres millones de personas al mes. Estos recortes afectan
especialmente a las mujeres que ya están luchando para mantener a sus familias.
Además, 1,4 millones de madres y niños ya no reciben alimentos especializados
para prevenir la desnutrición.
El PMA necesita mil
millones de dólares en los próximos seis meses para alimentar a 21 millones de
personas, y no actuar podría tener consecuencias nefastas para las mujeres y
los niños más vulnerables.
“Ante unos niveles ya preocupantes de hambre y
desnutrición, nos vemos obligados a elegir entre el hambre y la hambruna,
dejando a millones de familias luchando por su próxima comida", explicó
Hsiao-Wei Lee, director del PMA en Afganistán.