El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, informó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de septiembre que su Gobierno fue objeto de "ataques sistemáticos" de "algunos países" debido a las "decisiones adoptadas" para abordar la violencia en su país de América Central.
Bukele mencionó las "transformaciones" llevadas a cabo en El Salvador, como la sustitución del fiscal general y magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), cuyos procedimientos generaron controversia. Afirmó que fue entonces cuando comenzaron las críticas internacionales, con "algunos países, medios de comunicación y expertos lanzando ataques sistemáticos contra cada una de nuestras decisiones".
El mandatario señaló que individuos que previamente no habían utilizado su influencia para demandar seguridad contra la violencia repentina se opusieron a las decisiones tomadas para detener la violencia. Bukele también indicó que países que nunca habían condenado el alto número de asesinatos diarios en El Salvador ahora exigían explicaciones sobre los cambios en el sistema judicial.
El presidente enfatizó que, a pesar de las críticas, las decisiones de su Gobierno resultaron acertadas y llevaron a una mejora significativa en la seguridad en El Salvador. Bukele destacó que el país ya no es conocido como la "capital mundial de la muerte" y ha pasado a ser un referente de seguridad, respaldado por resultados tangibles e irrefutables. El mandatario subrayó que su Gobierno está fortaleciendo las relaciones con países aliados que desean contribuir al desarrollo de El Salvador y que ningún país tiene el derecho de imponer sus propias ideas o métodos.
En resumen, Bukele defendió las medidas tomadas por su Gobierno para combatir la violencia y afirmó que El Salvador ahora compite con Canadá por ser el país más seguro de la región.