Después de que se declare oficialmente la llegada de El Niño en Ecuador, la Secretaría de Riesgos asumirá un papel crucial en la mitigación de sus potenciales consecuencias en el país.
Para ello, se requerirá financiamiento que permita llevar a cabo una serie de medidas preventivas y de reducción de riesgos, que abarcan desde la implementación de planes de contingencia hasta la adquisición de suministros estratégicos y la formación del personal encargado de la gestión de emergencias.
A pesar de que Ecuador enfrenta diversas amenazas, como deslizamientos, erupciones volcánicas, incendios forestales, inundaciones y terremotos, el presupuesto asignado a la entidad encargada de manejar estas situaciones ha experimentado una disminución constante en los últimos años.
Entre 2017 y 2022, este presupuesto se ha reducido significativamente, pasando de 30 millones a 13 millones de dólares, lo que plantea desafíos adicionales para la preparación y respuesta ante eventos de esta naturaleza.
Carlos Cuesta Holguín, quien ha trabajado durante cinco años como coordinador de planificación de Riesgos en la institución, señala que el aumento presupuestario en 2017 se debió al terremoto en Manabí del año anterior. Sin embargo, a partir de la administración de Lenín Moreno, se implementó una política de austeridad que resultó en recortes en esta cartera.
También, durante esos años, la inversión se vio notablemente reducida, a pesar de que estaba destinada a la implementación de políticas públicas relacionadas con la gestión de riesgos. A lo largo del mismo período, la inversión disminuyó de 8 millones a 290,000 dólares en 2021. No obstante, en los últimos dos años, ha experimentado un ligero incremento, especialmente ante la inminente amenaza de El Niño.
Para abordar la posible crisis de El Niño, Riesgos ha asignado 62 millones de dólares, incluyendo a la empresa pública del agua para la gestión de los sistemas hídricos. Este monto cubre acciones como el dragado, la limpieza, la repotenciación y la adquisición de equipos y maquinaria.
Hasta el momento, se ha utilizado el 50% del presupuesto, que equivale a 32 millones de dólares destinados a anticipos de contratos. Además, se ha contemplado la compra de kits de asistencia humanitaria, alimentos y equipos para la movilización y alojamiento temporal, ya que se estima que entre 31 y 35 mil personas resultarán damnificadas, según el COE Nacional.
El presupuesto total, que incluye a otras instituciones como salud, educación y seguridad para hacer frente a los posibles efectos, podría ascender a 264 millones de dólares. Sin embargo, esta cifra está sujeta a cambios, dependiendo de la magnitud del evento climático.