También, la delincuencia que
sacude a Ecuador, ejercida principalmente por las bandas ‘Los Tiguerones’ y
‘Los Lobos’, tiene ahora en la mira a los altos directivos de las camaroneras
de Guayaquil.
El camarón (langostino), del
que Ecuador es el mayor exportador mundial, con 1.060 millones de toneladas
vendidas en 2022, es hoy una de las ‘joyas de la corona’ para las bandas
criminales que operan principalmente en el Golfo de Guayaquil, en donde
extorsionan tanto a los pescadores artesanales como a las grandes compañías del
sector.
Según un informe enviado a EFE
por la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), al cierre de 2023 hubo “un gasto
anual de 80 millones de dólares en materia de seguridad”, luego de que el
gremio sufriera “77 incidentes delictivos” con un saldo de cuatro muertos y 58
heridos.
La preocupación es grande,
teniendo en cuenta que en el país operan 4.000 compañías camaroneras, que
dejaron de percibir cerca de US$ 1,500 millones el año pasado por factores
externos, como la caída de los precios internacionales, e internos, y por el
incremento de los costos de producción y de la delincuencia.
Por ello, para la CNA “resulta
imperativo que el Gobierno ecuatoriano centre sus esfuerzos en combatir la
delincuencia” con el objetivo de garantizar la estabilidad de los 290.000
empleos directos e indirectos que genera este sector de la economía.
Las acciones que el Gobierno
“determine para hacer frente a la delincuencia organizada deben ser respaldadas
por todos quienes queremos paz para el Ecuador. No es momento para posiciones
tibias como las pasadas, que agravaron la situación de peligro en la que nos
encontramos hoy”, sostuvo el presidente ejecutivo de la CNA, José Antonio
Camposano.