Este miércoles, el Gobierno de Uruguay anunció el fin de la situación de emergencia hídrica en la capital y sus alrededores, medida que se había implementado hace dos meses para asegurar el suministro de agua potable debido a la prolongada sequía.
El presidente Luis Lacalle Pou explicó que la decisión se tomó en vista de la recuperación de parte del caudal de los cursos de agua y los embalses que abastecen el área metropolitana de Montevideo, donde reside más de la mitad de la población uruguaya, unos 1,8 millones de habitantes.
Lacalle Pou informó a los periodistas que ahora se puede observar con tranquilidad la buena calidad del agua y se prevé un suministro adecuado en los días venideros.
Durante los últimos meses, la peor sequía registrada en 74 años puso en peligro el suministro de agua potable a Montevideo y a las localidades de los departamentos vecinos de Canelones y San José.
Debido a la falta de lluvias, en abril de 2023 la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) optó por mezclar el agua dulce escasa con flujos del Río de la Plata, que son salobres debido a su origen en el estuario. La población, acostumbrada a recibir agua de calidad del grifo, se volcó en masa a comprar agua embotellada para consumo y cocina.
Según los datos oficiales, el embalse de Paso Severino, la principal fuente de agua dulce para la región, llegó el 5 de julio a su nivel histórico más bajo, con solo 1,1 millones de metros cúbicos de agua, en comparación con su capacidad total de 67 millones de metros cúbicos. En los últimos meses, los niveles de sodio y cloruro superaron los máximos permitidos, llegando a 440mg/l y 720mg/l respectivamente.
El panorama cambió con fuertes lluvias en la región. Según el balance más reciente, hasta el 22 de agosto, el embalse de Paso Severino tenía más del 50% de su capacidad y los niveles de sodio y cloruro estaban muy por debajo de los valores permitidos.