Septiembre 01, 2023
Durante el primer
semestre de 2023, las ventas de la economía quiteña sumaron $42.015 millones.
Esto representó 3% más, o $1.033 millones adicionales a los $40.982 millones
alcanzados en igual periodo de 2022.
En 2021, con el
rebote de la caída pandémica, el ritmo de crecimiento era de dos dígitos.
La creciente
inseguridad, con robos, extorsiones y ahora atentados con choques bombas, ha
desacelerado y golpeado a la economía de Quito.
Pedro Romero,
director de la Maestría en Economía de la Universidad San Francisco de Quito
(USFQ), explicó que la delincuencia genera una escalada de acciones en la
que los clientes deciden no salir o salir menos,
evitar sitios muy distantes de su domicilio y posponer decisiones de compra e
inversión.
Esto a su vez
hace que los negocios vendan menos, compren menos a sus proveedores e incluso
pidan menos créditos por la incertidumbre. “Si tú no estás seguro de que tu
empleo va a permanecer o de que tu negocio va a permanecer, así te llamen para
darte el crédito que estabas buscando desde hace tiempo, lo más probable es que
prefieras no hacer nuevas inversiones o ampliaciones”, dijo.
Así, en muchos
casos la consigna es mantener lo que se tiene y esperar que las cosas mejoren
con el cambio de Gobierno a nivel nacional.
Según datos de la
Asociación de Bancos Privados (Asobanca), entre enero y julio de 2023, los
sectores productivos y los ciudadanos de Quito pidieron $6.024,5 millones en
créditos. Esto significó $89,2 millones menos que los $6.113,7 millones
registrados en igual periodo de 2022.
Existe un golpe
económico y una caída en la inversión, pero la ciudad no se paraliza
totalmente.
La consigna es no encerrarse
Diego Vivero, representante
de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha, puntualizó que no se gana nada
encerrándose en las casas. Al contrario, se debe exigir a las autoridades que
cumplan con sus funciones.
Los últimos
eventos reflejan el llamado de atención de grupos delincuenciales en un momento
político de transición que los amenaza.
“Lo sucedido el
día de ayer con los coches bomba, sinceramente, es un baldazo de agua fría y
podría provocar que los quiteños consuman menos y se quieran quedar en casa.
Eso no soluciona nada. Tenemos que estar conscientes que los buenos somos más y
debemos unirnos para ayudarnos, sobre todo para exigir que la justicia cumpla
con su deber”, dijo.
En sectores como
el de los restaurantes todavía tienen niveles de ventas hasta 20% por debajo de
los niveles prepandemia. Sin embargo, se había registrado una mejora sustancial
en el movimiento económico durante julio y agosto de 2023.
Los dos coches bomba explotados en menos de 24 horas podrían
provocar un frenazo justo cuando las cosas comenzaban a pintar mejor.
Según Vivero, la
justicia es la que más ha fallado a los negocios de Quito. Los negocios y
restaurantes que han sido sujetos de extorsión y robos, han sentido la
permisividad con los delincuentes en los juzgados.
“Hemos tenido que
exponernos frente a frente con los delincuentes y poner en riesgo la seguridad
de nuestras familias. El sistema judicial nos ha dejado indefensos”, recalcó.
¿Qué se puede hacer?
Romero dijo que
negocios como restaurantes, tiendas, farmacias, entre otros, podrían mejorar
sus canales de servicio a domicilio.
Por el lado
público, se podría hacer que el municipio reduzca el pago o dé un año de gracia
en el impuesto predial u otros impuestos y tasas.
No existen
soluciones inmediatas para generar empleo, pero Romero considera que el próximo
Gobierno debe tomar medidas radicales. Esto en el sentido de un anuncio fuerte.
“Si la gente ve que la decisión va en la dirección correcta, se pueden reactivar
las inversiones y la contratación de personal”, aseveró.
La apuesta, de
acuerdo con el docente de la USFQ, debería ser un cambio radical en la
legislación laboral que tiene Ecuador.
“Se debe flexibilizar y dar opciones para el trabajo
por horas, sobre todo de los jóvenes”, afirmó.
Todos los
esfuerzos tienen que apuntar a cortar uno de los principales caldos de cultivo
de la delincuencia: la falta de oportunidades laborales.