En Ecuador, el problema es
inquietante en estuarios que no tienen ningún programa o tratamiento para
evitar que ese plástico termine en el mar e incluso llegue a zonas como las
islas Galápagos.
Desde el 2020, una empresa que
dirige un ecuatoriano con estudios en Inglaterra trabaja en cuatro ríos del
país tratando de extraer la mayor cantidad de botellas plásticas o desechos.
Cada vez que uno tira una botella
plástica a un río es probable que navegue miles de kilómetros y llegue al
oceáno. Se estima que entre el 60 % y el 80 % del plástico que termina en el
océano viaja a través de los ríos.
Inty Gronneberg, presidente y
fundador de Ichthion y de la Fundación Circular, está detrás de esa iniciativa,
un sistema llamado Azure, ha impedido que el equivalente a 10 millones de botellas
llegue al mar.
Azure es un sistema que opera
como una barrera diseñada para desplegarse en ríos con el propósito de evitar
que los desechos plásticos lleguen a los entornos marinos.
La barrera hecha con flotadores
se extiende en un punto de un río, de extremo a extremo, y detiene la
circulación de las botellas para luego recolectarlas y llevarlas a superficie.
Una vez que los desechos son
direccionados a un lado del río, un sistema de extracción saca el material. Se
coloca en el piso, se toman fotografías y con un software de
inteligencia artificial se obtienen datos de todo lo que se extrae.
La iniciativa ha permitido que
Gronneberg sea reconocido en los últimos días dentro de un listado de 21
líderes de América Latina comprometidos con el desarrollo sostenible en tres
ámbitos. Este reconocimiento surge de un proyecto empujado por América Futura y
la CAF.
Un comité de expertos y
personalidades destacadas en distintos campos tuvo la tarea de escoger a las
mejores iniciativas que se desarrollan en el continente.
Gronneberg arrancó este proceso
de invención en el 2017, cuando estaba residiendo en Inglaterra por estudios.
En el 2017 y 2018 empezó la fase conceptual, hasta conseguir fondos y llegar a
generar un prototipo.
“Con fondos del Reino Unido
hicimos un banco de pruebas para ejecutar nuestras ideas a escala”, recordó
Gronneberg , quien realizó los ensayos en esa nación.
Ya a finales del 2020, a su
regreso al país, logró ejecutar el proyecto en el río Portoviejo, por el sector
de Picoazá, en Manabí.
Los datos que han obtenido en el
río Portoviejo permiten decir que la gran mayoría de los desechos son fundas
llenas de basura. Gronneberg cree que llegan al río porque hay muchas
invasiones que ni siquiera están mapeadas por los municipios, donde no hay ni
siquiera recolección de desechos.