Actualmente, la Secretaría de Gestión de Riesgos ha mantenido la alerta amarilla en 143 áreas de diecisiete provincias en Ecuador. Sin embargo, ¿están estas localidades preparadas para afrontar una situación de emergencia?
Inicialmente, esta alerta se consideró una fuerte posibilidad cuando comenzaron las lluvias. Pero el 15 de mayo, debido a las intensas precipitaciones, Ecuador decidió declarar la alerta amarilla ante la posible llegada del Fenómeno de El Niño al país.
La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) anunció esta medida en un comunicado, enfocándose en al menos 17 provincias donde se esperan impactos significativos.
Desde entonces, expertos, autoridades y científicos han estado vigilando la situación y sugieren que la amenaza podría materializarse en el segundo semestre del año.
Recientemente, el Comité Ecuatoriano sobre el Estudio de El Niño (Erfen) informó que las condiciones en el océano Pacífico continúan mostrando altas temperaturas, lo que podría llevar a la declaración oficial de la presencia de El Niño en el país en las próximas semanas. Aunque el informe indica que el estado de observación persiste y que la alerta amarilla de prevención sigue vigente según un índice específico.
A pesar de estos datos, los expertos advierten que no debemos anticipar lluvias o cambios climáticos inmediatos, ya que la distancia que las ondas térmicas de El Niño deben recorrer hasta llegar a las costas ecuatorianas es considerable. Por lo tanto, los efectos se podrían comenzar a sentir en diciembre de este año, con un recorrido de ocho a 12 semanas desde las áreas más cálidas del océano hasta Ecuador.
El Instituto Oceanográfico de la Armada considera que las condiciones actuales en el mar justifican la declaración oficial del Fenómeno de El Niño en Ecuador, aunque no han especificado una fecha, y se espera que tomen esta decisión en las próximas semanas.
En caso de que se produzca la emergencia, la SGR ha habilitado 952 albergues temporales para atender a posibles afectados. Sin embargo, señalan que solo el 85% de los municipios tiene planes de contingencia preparados, por lo que instan a las personas, especialmente en áreas vulnerables, a prepararse con anticipación desde sus hogares.